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trabajar bajo cero

El Ejército de Tierra garantizará el suministro eléctrico en la Base Antártica Española “Gabriel de Castilla” durante el invierno austral, para que los investigadores puedan recibir los datos desde España

Temperaturas que pueden alcanzar los -20º C de sensación térmica, rachas de viento superiores a los 70 km/h y la convivencia junto a un volcán activo son las condiciones bajo las que trabajan los componentes de la Campaña Antártica del Ejército de Tierra cuando se encuentran en la Base Antártica Española (BAE) “Gabriel de Castilla”, situada en la Isla Decepción —a más de mil kilómetros de la costa sudamericana más próxima—.

La misión del Ejército de Tierra en el continente helado consiste, por un lado, en mantener la presencia física de España en la zona, cumpliendo con los acuerdos suscritos por nuestro país en el marco del Tratado Antártico y sus protocolos. Por otro lado, el Ejército colabora con el Ministerio de Ciencia e Innovación en los trabajos de investigación científica realizados en la citada isla o en cualquier otro lugar del territorio antártico que se determine. Asimismo, se desarrollan proyectos de investigación y experimentación para el Ejército de Tierra, a la par que se mantienen en adecuadas condiciones de uso las instalaciones, el material y el equipo de la base. Por último, se dan a conocer la presencia y actividades del Ejército a la sociedad, al mundo científico y a la institución militar.

Si se tienen en cuenta las condiciones ambientales expuestas, así como los trabajos que se han de realizar, no es de extrañar que la preparación de todos los componentes de la Campaña Antártica sea de gran exigencia y que todo lo que rodea a la misma, desde materiales hasta telecomunicaciones, cuente con una complejidad añadida.

Toma de datos

Uno de los trabajos más importantes desarrollados en la base consiste en la toma de datos, organizados en series temporales, para su posterior análisis. Para que este estudio sea fiable, es necesario contar con el mayor número posible de muestras, ya que no disponer de suficientes disminuye la confianza en los patrones obtenidos y puede hacer que los investigadores lleguen a conclusiones erróneas. Actualmente, no se pueden analizar los datos recopilados hasta recuperarlos al año siguiente, cuando se vuelve a abrir la BAE, tras nueve meses de invernada. Esto supone un escollo, a veces insalvable, para determinados proyectos.

En este sentido, entre las últimas actividades realizadas por la que será la XXXIV Campaña Antártica, se encuentra la presentación del proyecto de transmisión de datos durante la invernada, que permitirá recibir detalles en España mientras la base española esté desocupada. Así, el Parque y Centro de Mantenimiento de Material de Ingenieros de Guadalajara fue el escenario, el 23 de octubre, de la presentación de esta iniciativa. El “Proyecto Invernada”, como se le conoce, consiste en un sistema de producción de energía eléctrica alternativo (pila de metanol más un generador de gasóleo de emergencia) que asegure el suministro, para así garantizar el abastecimiento de energía de forma desatendida por un período de nueve meses. Los autores de dicho proyecto, el capitán Montes y los subtenientes Calero y Lavilla, son todos antiguos “antárticos” que conocen bien las necesidades de nuestros investigadores a la hora de recibir información diaria del sistema, de la base y de los distintos proyectos.

«Se trata de un proyecto muy trabajado en el Ejército de Tierra. Hasta el momento, se venían dando soluciones parciales a las necesidades que se iban apreciando, pero ahora se logrará dar respuesta a todas ellas en un solo contenedor», señala el comandante Cardesa, jefe de la XXXIV Campaña Antártica. Su traslado y montaje hasta la BAE ha tenido que posponerse debido a que los protocolos establecidos por la situación de pandemia no permiten que pueda acudir a la zona todo el personal necesario para su montaje. «Esperamos que pueda hacerse en la siguiente campaña», afirma el comandante.

XXXIV Campaña Antártica

Los componentes de la XXXIV Campaña Antártica (2020-2021) partirán hacia el continente helado en el verano austral y, mientras tanto, continúan instruyéndose. Así, a principios de septiembre se concluyó la Fase de Navegación en O Grove (Pontevedra), en la que adquirieron y actualizaron conocimientos sobre las embarcaciones que se emplearán en la Antártida, seguridad en el mar, primeros auxilios y utilización de GPS, entre otros.

Ya en octubre terminaron la Fase de Montaña, desarrollada en el Parque Natural Posets-Maladeta (Huesca), en la que participaron los 13 efectivos del Ejército de Tierra que irán a la BAE “Gabriel de Castilla” a finales de este año. Allí, profundizaron en sus conocimientos teóricos y prácticos respecto al trabajo y material que utilizarán en territorio antártico —en condiciones de frío, nieve o hielo—, adquiriendo la capacidad suficiente para el movimiento con seguridad en terreno montañoso.

«También se ha reforzado la cohesión del grupo y se ha actualizado y puesto en común la información del resto de áreas», concluye el comandante.

«BOINAS VERDES» EN MOVIMIENTO

El Mando de Operaciones Especiales ha ejecutado el ejercicio «Mobility», con el que se pretenden integrar las capacidades de los equipos operativos de movilidad y lograr mayor interoperabilidad entre todos ellos.

Felipe Pulido / Zaragoza                                                                            Fotografía: Stte. Jesús de los Reyes (DECET)

El mercurio de los termómetros sube, pero, aun así, saben que no pueden detenerse, que cada segundo cuenta. En Operaciones Especiales la movilidad es fundamental para una buena ejecución de la misión. Además del elemento humano, hay que tener en cuenta los medios terrestres, acuáticos o aéreos de los que se dispone y saber cómo actuar ante los diversos escenarios que pudieran presentarse.

El Mando de Operaciones Especiales (MOE), consciente de ello, ha puesto a prueba, una vez más, sus capacidades durante el ejercicio “Mobility”, desarrollado del 6 al 17 de julio, con el Centro de Adiestramiento (CENAD) “San Gregorio” como escenario principal.

El “Mobility” es, junto al “Empecinado”, uno de los dos ejercicios más importantes del MOE. Su objetivo principal es integrar y coordinar a los equipos operativos de movilidad táctica, así como al resto de actores con los que se participa en la ejecución.

El CENAD “San Gregorio” abre un amplio abanico de oportunidades, por sus dimensiones y las posibilidades que ofrece en cuanto a variedad orográfica y condiciones climáticas. «Al estar en un terreno
árido, permite a las unidades adiestrarse para operaciones en las que sean necesarias estas capacidades», asegura el comandante jefe de Planes del “Mobility”.

En esta ocasión, el Grupo de Operaciones Especiales (GOE) “Valencia” III ha liderado las maniobras. El ejercicio cuenta con dos
fases; una inicial de cross-training, y otra de ejecución de misiones. En la primera, el objetivo es entrenar las destrezas, con diferentes ejercicios de movilidad en ambiente diurno. Más tarde, se desarrolla la segunda fase, en la que tienen que desenvolverse en un ambiente táctico nocturno. «En su ejecución, por el día se desarrolla el planeamiento y por la noche se realizan las acciones», señala el teniente coronel Laíz, director del ejercicio.

FUERZAS DE APOYO
Aunque la misión la realizan los equipos de Operaciones Especiales, en determinados momentos, pueden prestar su ayuda otras unidades. Son las denominadas Fuerzas de Apoyo a Operaciones Especiales (FAOE), que, en esta ocasión, han estado representadas
por una sección de la Bandera “Ortiz de Zarate” III de Paracaidistas.

«Cada vez vivimos con más intensidad las maniobras de este tipo, porque vemos que se avanza y se consiguen procedimientos en común», expone uno de los sargentos, que participa integrado en
las FAOE.

En este sentido, destaca que el objetivo principal de estas fuerzas es apoyar al MOE en las misiones en las que está involucrado. Ejercicios como este les permiten integrar capacidades. «Nosotros al final no dejamos de ser una unidad de Infantería convencional, por lo que nos tenemos que adaptar a los procedimientos que ellos realizan para poder trabajar en conjunto», recalca.

El ejercicio les ayuda a compartir procedimientos de gran utilidad en una misión real

El intercambio es recíproco y aporta un valor añadido a la operación: «Nunca había tenido la oportunidad de participar junto a los paracaidistas como FAOE, por lo que compartir procedimientos es un reto previo a la fase de ejecución», reconoce el capitán jefe de uno de los equipos operativos.

MEDIOS MATERIALES
Durante el ejercicio se han utilizado el Vehículo de Alta Movilidad Táctico (VAMTAC), el Vehículo Medio de Operaciones Especiales (VMOE) y el Vehículo Ligero de Operaciones Especiales (VLOE).

Los vehículos del MOE, por las características de la unidad, no están diseñados para un enfrentamiento directo con medios convencionales, en ellos lo que prima es la movilidad táctica. «Son medios ligeros para poder exfiltrarse y evacuar rápidamente la zona», añade otro de los sargentos.

De este modo, dentro de sus capacidades, el VAMTAC aporta protección a la misión, el VMOE destaca por su elevada potencia de fuego, y el VLOE cuenta con agilidad y puede pasar desapercibido con mayor facilidad.

Durante el ejercicio, las patrullas de combate, formadas por varios equipos de movilidad, se enfrentan a varios incidentes, que se tienen que solventar con fuego y movimiento. «Puede haber heridos, abandono de vehículos y otras circunstancias», expone el capitán jefe de equipo del GOE “Tercio del Ampurdán” IV.

Precisamente, su grupo ha tenido la oportunidad de practicar con tiro real, debido a que tienen despliegues previstos próximamente
en Irak y Afganistán.

LOGRAR LA INTEROPERABILIDAD
El ejercicio “Mobility” surge de la necesidad de integrar a los equipos operativos de movilidad de los diferentes GOE entre sí, para unificar procedimientos y ponerlos en práctica. Con ello se busca lograr la interoperabilidad. «Ese es el embrión», asegura el teniente coronel Laíz.

El fin último es la ejecución en un ambiente táctico, de tal manera que las destrezas que se han practicado se puedan aplicar de la mejor forma posible.

A raíz de eso, se va invitando a otros actores que sirven para aumentar capacidades. «Es un ejercicio muy ambicioso en el que se integran muchas unidades en la ejecución de misiones específicas de Operaciones Especiales», manifiesta el director del Ejercicio.

En esta ocasión, aunque no se ha utilizado el sistema aéreo pilotado de forma remota (RPAS) Orbiter, sí se ha contado con él en el planeamiento del ejercicio.

Los guerrilleros se han adiestrado junto a medios aéreos del Grupo Táctico de Helicópteros

Por su parte, la colaboración con las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra les permiten contemplar otros escenarios posibles. De esta forma, pueden integrar las capacidades terrestres con las aéreas. Este apoyo ha sido aportado por la Unidad Operativa
Aérea de Operaciones Especiales. A ello hay que añadir la colaboración del Ejército del Aire, que apoyó con un avión T-19 al ejercicio. De este modo, se mejora el grado de instrucción y adiestramiento en misiones que supongan la integración de medios aéreos de ala fija y ala rotatoria en las operaciones de patrullas motorizadas.

Asimismo, se han practicado tácticas, técnicas y procedimientos asociados a la integración de medios de ala rotatoria como helitransporte, empleo de procedimientos especiales (como la suspensión o el descenso con cuerda desde una aeronave) o reabastecimiento, entre otras.

EN LA OSCURIDAD

La actuación de los equipos de Operaciones Especiales suele desarrollarse en ambiente nocturno. Sin embargo, los procedimientos tienen que estar adaptados a todo tipo de escenarios. «Nuestro ambiente de actuación, por excelencia, es la noche, pero eso no quiere decir que no se actúe de día, dependiendo de las circunstancias», explica el teniente coronel Laíz. En ese sentido, recalca que es necesario dominar los procedimientos de día para poder ejecutarlos de noche.

EL APOYO DE LA FAOE

La misión, inicialmente, la desarrollan los equipos de Operaciones Especiales. Sin embargo, podrían requerir de algún apoyo dentro de la operación. Es entonces cuando la FAOE interviene como Fuerza de Reacción Rápida (QRF, en sus siglas en inglés). Destaca por su capacidad de responder con gran velocidad ante las situaciones que se estén desarrollando. «Se solicitaría un apoyo al escalón superior y este activaría a la unidad», explica el capitán jefe de uno de los equipos operativos del GOE IV.
Los cometidos de las Fuerzas de Apoyo a Operaciones Especiales van desde la recuperación de una baja, el apoyo a una vía de escape de una zona compleja, la recuperación de vehículos o hasta el ataque a un objetivo secundario. «No tienen un cometido fijo», señala el capitán. Además, su entidad puede variar dependiendo del tipo de intervención y actuar con las capacidades específicas que sean necesarias.

LA LABOR DE LOS TIRADORES

El equipo operativo de movilidad necesita de otros apoyos, como es el caso de los tiradores. Aunque su papel pudiera parecer similar al de otras unidades, no es así. La capacidad de operar cambia: «Influye el grado de aislamiento al que se somete, puesto que la operación normalmente no es un frente con apoyo de fuerzas propias, sino que el binomio puede asumir una misión aislada», asegura un cabo tirador del GOE III. A ello hay que añadir la hostilidad del propio escenario, que implica mayor grado de tensión.
En el caso de los tiradores, también existe una especialización dentro de los equipos, pudiendo ser en agua, montaña o movilidad. «Participar en el “Mobility” nos aporta una situación bastante similar a la que podemos encontrar en las misiones en las que participa el MOE», recalca un sargento 1º de la misma unidad. De hecho, para dotar al ejercicio de mayor realismo, el CENAD “San Gregorio” ha desplegado a su unidad especializada en actuar como Fuerza de Oposición. Todos ellos tienen claro que participar en un ejercicio con estas características les permite compartir procedimientos que les serán muy útiles de cara a una situación real.

COVID-19

Aunque gran parte de la programación prevista por las unidades del Ejército de Tierra no ha podido realizarse como consecuencia de la pandemia por COVID-19, este no ha sido el caso del ejercicio “Mobility”. No obstante, en esta ocasión no ha habido participación extranjera y se han tenido que seguir los protocolos de seguridad. «Hemos tenido la suerte de que las circunstancias han permitido que vengamos a “San Gregorio” y no hayamos tenido que suspender el ejercicio», señala el teniente coronel Laíz. «Aunque tenemos que convivir con las restricciones de la pandemia, eso no quiere decir que no tengamos que seguir mirando hacia el futuro», aclara.

ASISTENCIA SANITARIA

La capitán enfermera del GOE “Valencia” III ha participado previamente en maniobras de este tipo, por ello conoce muy bien los protocolos de actuación. En esta ocasión, al liderar el ejercicio el grupo al que pertenece, ha tenido que participar en la cobertura sanitaria.
Cubrir un ejercicio con un soporte vital básico o avanzado es similar en todas las unidades, pero en el caso de Operaciones Especiales, al ser las actividades diferentes, es necesario prestar más atención a las peculiaridades de cada momento. «Es diferente un ejercicio de movilidad terrestre a otro de modalidad acuática», señala la capitán.
Siempre que hay unas maniobras, estas no solo sirven al adiestramiento de las unidades en aspectos puramente tácticos, sino que también incluyen la instrucción de su personal sanitario en este tipo de emergencias.

CAMBIOS EN EL MOE

El Mando de Operaciones Especiales afronta una nueva adaptación orgánica de sus unidades. De este modo, desde el 1 de julio de 2020, el personal y los materiales del GOE “Granada” II han pasado a integrarse en el resto de unidades, siguiendo la Norma General 06/19 de Adaptaciones Orgánicas del Ejército de Tierra para 2020. Con esta disolución se refuerzan los otros tres GOE para dotarlos de una mayor capacidad.
El GOE II se creó con las adaptaciones orgánicas publicadas en enero de 2016 y ha estado en funcionamiento durante los cuatro últimos años. Ahora su personal seguirá aportando sus capacidades en el Grupo de Cuartel General del MOE, el GOE “Valencia” III, el GOE “Tercio del Ampurdán” IV, la Bandera de Operaciones Especiales “Caballero Legionario Maderal Oleaga” XIX de la Legión y la Unidad Logística del MOE “Órdenes Militares”.


En el caso del personal perteneciente al GOE II que se encuentra actualmente desplegado en misiones en el exterior, al estar bajo dependencia del Mando de Operaciones, los cambios se harán efectivos a su regreso a España.
Las nuevas adaptaciones tienen la vista puesta en el horizonte 2035, con lo que se pretende adquirir una tecnología más avanzada y disponer de una fuerza más especializada.
Desde su creación, el GOE II ha estado presente en diferentes operaciones en el exterior, tras la primera en la que intervino en Irak. Precisamente, el objetivo de su creación fue el refuerzo de la presencia exterior. Ahora, con la nueva reestructuración, el MOE mira hacia los nuevos desafíos, con la Fuerza 35 como telón de fondo.